sábado, 1 de marzo de 2014

A una sensible manceba


Quién dijo que eres pecado, mi bella amada     
Si  para adorarla es, quien no ama no vive       
nos lo dijo la voz del cielo, ama a tu prójimo…    
¿Qué mal  les haces  mujer, si tu corazón es tan grande?  
¿Y alcanza para el mundo, para la humanidad?     
¿Quién podría condenarla? Solo el rechazado:   
 por carecer de afecto y caricias, reniega. 
Sigue amándome y no les escuches. Son rumores.   
Concédeme tus favores sin recato,  poséeme.    
 Que nos sancionen  los malogrados y necios. Si  puedo
morirme , que sea en tus brazos. No solo una vez,
ya lo he comprobado, resucitar es morir y con
un  vulvar beso tuyo, reaparecer  consumado.

JCEH









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