miércoles, 29 de diciembre de 2021

Prófugo

En realidad, ya no tiene importancia que te detengan, al final has ganado, ¿no? Sí, es verdad, logré mis objetivos y no tengo nada de que arrepentirme. Y ¿qué hacemos ahora? Pues, para empezar, mete los guantes y el pasamontaña debajo del asiento. Mira, están saliendo de la patrulla. El gordo tiene cara de pocos amigos, y ¿el otro poli? Tiene cara de latino. No lo vamos a pasar bien con ellos, ¿qué les decimos? La verdad. ¿La verdad? ¿Estás en tu juicio? Quiero decir la que ya habíamos urdido. Ah, ¿te refieres a lo del amigo en urgencias? Sí, cuando te pida los papeles se lo das todo. Se va a dar cuenta de que no es mi coche. Ya, pero le sueltas el rollo de lo del amigo que acaba de sufrir un accidente y…Bueno, pero ¿si no cae y me hace bajar y me revisa? Pues, no seas tonto, mete la pistola debajo del asiento o, mejor, en el entreforro del respaldo. No hay tiempo, ya casi está aquí.

Se ha detenido. Mira, está hablando con alguien con su walkie talkie. Le habrán avisado del robo de un coche y está verificando nuestra matricula. No lo creo. De ser así, estaría dictando los números, ¿no? Y ¿qué crees que está haciendo? Pues, está apuntando algo. Será un altercado cerca de aquí. Ojalá. Oye, ¿y si nos comienza a preguntar por lo que hicimos? ¿Lo que hicimos? Querrás decir lo que hiciste tú. ¡Ah! ¿me vas a dejar todo el paquete a mí? Pero, acaso, ¿no fuiste tú quién dijo que me tomara la venganza por mi propia mano? ¿De quién fue la idea de comprar la pistola en el mercado negro? ¿Quién me estuvo jodiendo toda la noche para que eliminara a esos cerdos? ¿No fuiste tú? Sí, sí, pero al final, en tus manos estaba no hacerlo. ¡No! ¡No! ¡No me vas a salir con eso de nuevo! ¡Ya lo hemos hablado! ¡Te empapas conmigo hasta el final! Si me decidí, fue porque no dejabas de joderme cada noche con lo mismo. De acuerdo, de acuerdo, pero ¿Te remuerde la conciencia? Pues, eso lo deberías saber mejor tú. Di lo que piensas. ¿La verdad? Sí, sí, la verdad. Mmm…

¿Qué le pasa a ese tío? ¿no va a venir nunca? No lo sé, debe tener un sexto sentido y quiere que nos pongamos nerviosos. ¡Ja! ¿Nerviosos? Pero si no nos tembló la mano cuando le disparamos a esos idiotas del colegio, ni cuando le reventamos la cara al conserje, ni cuando atamos a aquel hombre a su asiento para que lo detuviera la policía. Oye, eso si que fue ingenioso, ¿no? ¿El qué? Pues, lo de disparar en la calle a los negros y luego dejar al pobre tío atado al coche para que lo encontraran rápido. ¿Qué piensas? ¿nos habrá denunciado? Sí, sí, por supuesto, pero qué iba a decir. “!Oiga, señor oficial! ¡No he disparado yo! ¡Ha sido un tío con la cara cubierta y luego me ha dejado aquí! ¡Se lo juro!!Yo no tengo nada qué ver en esto!”. ¡Aja! Y el idiota se lo ha creído, ¿no? Pues claro. Es que el tipo no tenía ni arma, ni había testigos y además llevaba la cara con el pasamontaña. ¿Sabes? Se me ha ocurrido que tú también podrías hacer lo mismo. ¿Lo mismo? Sí, taparte la cara y decir que un tío loco te ha dejado atado en el coche, que no le has disparado a nadie y que ya deberían detener a ese psicópata que anda por allí matando gente.

Oye, pero no es que andemos por allí matando gente. Estamos ayudando a la policía a hacer el trabajo que no es capaz de hacer. Sí, la verdad es que son unos inútiles. ¿Qué habría pasado si Lloyd se nos hubiera adelantado y hubiera matado a sus compañeros de clase? Lo habría lamentado medio mundo, ¿no? Sí, sí, y ¿lo de la banda de los Indios? Sí, esos cabrones iban a eliminar al bueno de Sam. Además, ¿qué vela tenía en el entierro aquel pobre chaval del barrio de los negros? Creo que hicimos bien en salvarlo y en eliminar a toda esa gentuza. Bueno, pues tú chitón. Ya está aquí el gorila este. Baja el cristal.

—¡Buenas noches, oficial!

—¿Viene solo?

—Sí.

—Mire, necesito ver sus documentos, por favor.

—Aquí los tiene

—No es suyo el coche, ¿verdad?

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